Cualquier fallo de un componente genera una parada en la producción que supone tiempo y dinero a la fábrica. El OEE -Overall Equipment Effectiveness- se puede mejorar sustancialmente aplicando soluciones digitales de mantenimiento predictivo, formando a los operarios y maximizando la fiabilidad del producto.
El componente más crítico en cualquier fábrica es el actuador. El procedimiento para sustituirlo es muy rápido cuando está al alcance de la mano (normalmente unos 10 minutos). En otros casos, puede llevar hasta 4 horas. Claramente, el coste de sustitución de un actuador suele ser inferior al coste de una parada de producción.
La mayoría de las fábricas de alimentos realizan el mantenimiento de forma programada, lo que significa que algunos componentes se sustituyen aunque todavía estén en buenas condiciones de funcionamiento. Para garantizar la monitorización del estado en tiempo real, los usuarios necesitan tener una visibilidad clara del estado del equipo en todo momento. Esto se consigue, normalmente, con dos tipos de sensores desarrollados por SMC. Unos son los sensores de inducción que calculan la velocidad del vástago, lo que permite detectar fácilmente la suciedad en las guías, y otros los sensores de presión que identifican cualquier fuga en el interior de los actuadores. Estos sensores se comunican a través de IO-Link, disponiendo así de los datos en tiempo real para verificar el estado del equipo.
Además, en asociación con Dell y Software AG, hemos desarrollado una herramienta de monitorización global de fábrica. El factor diferenciador clave, de esta solución de Industria 4.0, es que muestra los datos de una manera muy fácil de usar y activa las alertas cuando el equipo está en riesgo de fallo. Esta solución se basa en el know-how de SMC y utiliza funciones de inteligencia artificial como el aprendizaje automático. Los datos de funcionamiento se encuentran fácilmente disponibles para su análisis: el comportamiento del actuador se analiza en paralelo con otros datos de funcionamiento, con el fin de predecir con precisión, un fallo después de un período de recopilación de datos de sólo unos meses.
Tener operarios en la fábrica capacitados, que sean capaces de realizar por sí mismos tareas sencillas de mantenimiento, tiene muchas ventajas. En SMC compartimos nuestra experiencia en seminarios, jornadas técnicas, cursos de formación práctica que contienen teoría, ejercicios y actividades prácticas. La capacitación está dirigida a los operarios de línea (incluso aquellos que no tienen experiencia en componentes neumáticos), que pueden identificar posibles problemas antes de que se produzca un fallo en la máquina, y encargarse del mantenimiento. Por tanto, contar con operarios formados contribuye a mejorar la confiabilidad de las máquinas.
Por último, para hacer frente a los tiempos de inactividad es necesario contar con componentes fiables. Los productos SMC mejoran la fiabilidad al hacer uso de innovaciones técnicas como una "presión mínima de trabajo" o la tecnología de sellado metálico en lugar de sellado elástico en válvulas y actuadores. Sin embargo, la fiabilidad de los productos, a menudo, no puede medirse en términos tan absolutos ya que depende de la aplicación específica del cliente en cuanto a frecuencia, temperatura, humedad, etc. Por lo tanto, maximizar la confiabilidad es responsabilidad de nuestros ingenieros, que colaborarán, tanto con el fabricante de la máquina como con los usuarios finales para especificar el producto adecuado para cada aplicación.