Por Jeff Careless, Business Development Manager en SMC UK
En un momento en el que las plantas de fabricación y proceso se enfrentan al incremento de las facturas de energía y a una estricta legislación sobre emisiones de CO2, es comprensible preguntarse ¿existe alguna forma de reducir el consumo de energía rápidamente sin comprometer la eficiencia o el rendimiento? La respuesta es sí con el asesoramiento y conocimientos adecuados.
La energía y la huella de carbono son desde hace tiempo un tema candente y de gran importancia para los usuarios de aire comprimido ya que representa hasta el 20% de todo el consumo eléctrico de una fábrica. Basándonos en nuestra experiencia, compartimos a continuación cinco formas de reducir, de manera rápida y efectiva, el consumo de energía.
Reducir la presión
La primera es reducir la presión del sistema de aire comprimido siempre que sea posible. En la mayoría de las plantas de fabricación, la presión habitual de funcionamiento oscila entre 6 y 7 bares. Bajando la presión a 4 bares, el consumo de energía se reduce hasta un 29%. Para ello, es necesaria la intervención de expertos para no comprometer el rendimiento.
Eliminar fugas
Nos hemos encontrado con plantas que tienen entre un 20 y un 50% de fugas, lo que hace que incrementen su consumo de energía y sus facturas. Además de identificar las fugas y corregirlas, una forma sencilla de minimizar el impacto de las mismas es el uso de electroválvulas de corte para sectorizar y evitar las pérdidas de aire cuando las máquinas están paradas. Otras soluciones son, por ejemplo, utilizar un módulo de stand-by que cambia a una presión más baja durante los periodos de inactividad de la máquina, reduciendo de forma sustancial las fugas, o el nuevo Air Management System "plug and play" de SMC.